A diario la sociedad nos presiona de diferentes maneras, en este caso, sobre el matrimonio y los hijos.
Cuando una mujer está llegando a los 30, comienzan las preguntas sobre tu futura boda, "Y ustedes, ¿para cuándo?", "se te va a pasar el tren", "Yo a tu edad, ya estaba casada"... y de seguro nosotros también lo hemos pensado y hasta dicho.
Pero que pasa cuando ya te casaste, acaso la presión acaba? Noo, recién comienza, ahora la presión es por los hijos. Muchas
mujeres que superan los treinta y aún no han sido madres escuchan con
frecuencia estas frases; pronunciadas por personas de su
entorno, desde familiares o amigos, hasta compañeros de trabajo o
vecinos, "Cuando se animan a ser papás?", "Después les va dar flojera y no tendrán paciencia", "Aprovecha ahora que aún puedo ayudarte (nuestras madres)".
Por eso, en el momento en que la mujer decide tener un hijo, los especialistas recomiendan que evalúe el sentimiento que le lleva a tomar esa decisión
y valore si tiene más que ver con la presión social que ejercen sobre
ella, que con su elección personal. Se aconseja
pensarlo dos veces antes de optar por la maternidad si hay una
sensación de estar bajo presión. No debemos tomar la decisión prácticamente porque es "lo que se espera de nosotras",
es necesario asegurarse de que se tiene un bebé por cuenta
propia y no por la presión de la familia o de los amigos.
Bueno, cuando por fin llega el momento en que ya eres mamá; no crean que todo terminó, porque la sociedad (familiares, amigos, etc.) nunca estarán conformes, ya que luego comenzarán, con "Y cuando tienes la parejita?", "Porque no le das un hermanito?", "Es triste que se crien solos", y un laaargo etcétera!!!
Aunque en mi caso, cuando me dicen "Cuándo te animas por otro?", "Ya es hora que tenga un hermanito", yo tengo mi AS bajo la manga y les digo: Mi Princesa ya tiene 2 hermanos, y se adoran!... aunque la verdad, no sirve de mucho, porque luego comienzan con "pero no es lo mismo", y comienza la discusión de nunca acabar... Cómo que no es lo mismo? Nosotros no hacemos distinción alguna, son hermanos y punto!, se aman, se extrañan, se cuidan; acaso no es lo único que importa?.
Pero como les repito, la presión social es muy agotadora.
Aquí les dejo unos consejitos para que esa presión no los atormente:
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Aclarar la situación con la pareja: es necesario que la
pareja afronte el tema de la maternidad con total sinceridad y claridad
para evitar situaciones para las que no se esté preparado.
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Ser sinceros: para evitar que la
presión se incremente, es recomendable ser sinceros y decir de forma
clara y contundente el motivo por el que no se desea afrontar la
maternidad, ya sea porque no se está preparado, porque se prefiere
esperar o porque se ha decidido no ser madre.
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Imaginar la situación: el nacimiento de un bebé implica
muchos cambios personales e incluso, en algunos casos, laborales. La
mujer ha de evaluar e imaginar cómo podrá afectar la maternidad a su
vida diaria para tomar una decisión basada en sus prioridades y no en
las de los demás.
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Relacionarse con niños: en ocasiones, resulta de ayuda
aprovechar los momentos que se pasan con familiares o amigos que ya
tienen bebés para evaluar de forma práctica el sentimiento que
despiertan los niños en uno. Estas situaciones permiten
imaginar cómo puede ser la situación después de ser madre.
La presión social, no descansa, por eso debemos tener las cosas muy en claro, saber que hemos venido a este mundo a ser
persona, no mujer ni madre, y el día que decida casarme (si es que llega
ese día) será cuando encuentre a esa persona (mi mejor amigo, mi amante
y mi compañero) con la que compartir mi camino, y cuando sea el momento
para los dos, no antes. Seré madre cuando sea tan grande nuestro amor
que queramos traer a una persona a este mundo, que también será única y
especial, no antes. Pero no lo veo como obligación sino como una
situación que me gustaría vivir, igual que tantas otras.
Espero que les haya servido.
Nos vemos en el próximo post :)
Gracias!